
¡Buenos días y feliz lunes! Ya hemos llegado casi al final de las fiestas, aunque aún queda mi noche favorita. ¡La noche de Reyes! La ilusión que se vive esa noche, las caras de los niños, la cabalgata desde el Starbucks de la calle de la Paz, el mercadillo de Reyes del Cabanyal… Y es que nunca he sido de salir en Nochebuena ni en Reyes, prefiero pasar la primera en familia y la segunda paseando por el mercadillo. Son tradiciones que no perdono, lo de salir puedo hacerlo el resto del año y esto no. Y es que me gustan tanto las tradiciones que hasta me invento algunas, como el gofre navideño con mi chico en el Mercado de Colón.
Y es que me encantan los gofres desde que era una niña. ¡Hasta traje una gofrera de mi Erasmus en Bélgica! Allí sí que disfruté de lo lindo… Así que he pensado ¿por qué no poner gofres en la boda? Por ejemplo, añadir a la candy bar unos mini gofres con palo y vasitos de chocolate o sirope para mojar o poner un bar de gofres para que los invitados elijan el acompañamiento.

Imagen vía Young Married Chic

Imagen vía Praise Wedding
Y, por raro que os parezca, también existen los gofres salados. ¿Habéis oído hablar de los gofres con pollo? Yo los conocí en Bélgica, aunque he de reconocer que no me atreví a probarlos. Sería una buena opción para el cóctel, ¿no creéis?

Imagen vía The Knot
Y, por supuesto, podemos cambiar la tradicional tarta por una torre de gofres. ¡Deliciosa!

Imagen vía The Kitchn
¡Después de este post creo que voy a tener que repetir la tradición este año! ¿Y vosotros?